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Cómo un padre y su hijo dirigen un vivero innovador, combinando las habilidades de antaño con las tecnologías modernas

Conozca a Maarten y Merijn, son padre e hijo y dirigen el vivero Kwekerij Maarten Bloemen. Con un apellido así (Bloemen significa flores en neerlandés), propagar una gama de plantas de flor patentadas, es una profesión bien elegida. Pero eso no es lo único especial que tiene este vivero en el que trabajan juntas dos generaciones.

Cuando Maarten Bloemen fundó su propio vivero en 1987, no podía imaginar que, unos 30 años después, dirigiría la empresa junto con su hijo Merijn. “Mi mujer y yo pusimos en marcha nuestro propio vivero con el apoyo de mi padre y mi suegro, y es realmente fantástico dirigirlo hoy con mi hijo”, nos cuenta Maarten. Merijn dice que nunca pensó que acabaría trabajando en la empresa de su padre, y menos aun ayudándole a dirigirla. “Estaba haciendo carrera en el quad cross por mi cuenta y pensaba que mi futuro estaría en ese negocio. Pero, por desgracia, en este deporte es difícil ganar suficiente dinero para llegar a fin de mes. Realmente, para mí, involucrarme en la propagación de plantas patentadas en el vivero de mi padre supuso un giro de 180 grados”.

El Kwekerij Maarten Bloemen es un vivero de “nueva generación” en más de un sentido. Dos generaciones están al frente, y están creando una empresa preparada para el futuro. Maarten habla de cómo ha evolucionado el vivero a lo largo de los años: “Desde el primer día, siempre cultivamos las plantas acidófilas que seguimos cultivando actualmente, pieris, azaleas, vaccinium, etc. En aquella época, cultivábamos una gama muy amplia de plantas. Todavía no teníamos clientes, teníamos que encontrarlos. Para ello, cultivábamos productos finales que estaban listos para ser plantados en el jardín de inmediato, ya que esta también era una gran ayuda para los paisajistas”. El planteamiento resultó ser inteligente, ya que los clientes empezaron a llegar. 

Maarten continúa: “A partir del año 2000, unos veinte años después, nos especializamos completamente en materiales de propagación. Se podría decir que es una “semimanufactura” para viveros. Además, actualmente, casi todo lo que cultivamos se hace por encargo. Los clientes nos indican de antemano qué plantas van a necesitar cuando todavía estamos haciendo esquejes. De esta manera, sabemos de antemano qué cultivar y cuánto vamos a vender. A estas alturas, nos hemos convertido en un proveedor permanente de los mejores viveros de Europa”.

Otra cosa que Maarten empezó a hacer a partir del año 2000 es cultivar plantas exclusivas. Productos nuevos y patentados. Maarten: “Otros pensaban que estaba una pequeña locura, pero yo siempre creí que esto saldría bien. Y así fue. En aquel momento era algo nuevo, pero resultó no ser una moda pasajera”. A día de hoy, la producción total de Kwekerij Maarten Bloemen supone un 70 % de material patentado. Merijn explica por qué esto es tan importante para ellos: “¡Nos hace únicos! Tenemos varios productos patentados para los que tenemos derechos exclusivos de propagación para toda Europa. Eso es toda una baza. Y también es una pasión que compartimos”. No hace falta decir que padre e hijo están muy orgullosos de haber desarrollado tres variedades patentadas propias: Vaccinium vitis idaea “Miss Cherry”, Vaccinium vitis idaea “Fireballs” y Pieris japonica “Polar passion”.

TIENE QUE SER A prueba

 de futuro

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Vivero de nueva generación

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Lo viejo y lo nuevo

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Aunque el vivero ha cambiado mucho a lo largo de los años, también hay cosas que siguen siendo las mismas desde el primer día. Por ejemplo, cuidar bien del personal. Proporcionarles un buen lugar de trabajo significa crear circunstancias ergonómicas responsables, gestionar la temperatura adecuadamente y cuidar de las personas. Merijn: “Queremos asegurarnos de que nuestro personal disfruta realmente del trabajo. Este puede ser un trabajo bastante repetitivo, pero si tienes que hacerlo con frío y sin música... bueno, nadie disfruta de eso. Por eso intentamos que todo sea lo más agradable posible. Aire acondicionado en verano, calefacción en invierno. Montacargas con cabina calefactada, trabajo a la altura de la mesa”. Su padre añade: “Solíamos llevar botas de agua y chubasqueros. Llevábamos gorros y guantes. Ya no los necesitamos. Llevamos todos los productos al interior y hacemos todo el embalaje y demás en un clima agradable, con música”. A juzgar por la fidelidad de los empleados, este enfoque está dando sus frutos. Maarten: “Todos trabajan aquí desde hace mucho tiempo. Nuestro empleado más veterano, ¡acaba de celebrar su 25º aniversario de trabajo!”.

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¿Qué le depara el futuro a Kwekerij Maarten Bloemen? Maarten: “El problema que tenemos ahora mismo es que nos estamos expandiendo, pero queremos asegurarnos de que lo hacemos todo muy bien. Si nos expandiéramos según la demanda del mercado, tendríamos que hacerlo demasiado rápido. Queremos asegurarnos de no expandirnos demasiado rápido”. Merijn está de acuerdo: “La calidad siempre debe ser lo primero”. Pero todavía hay espacio suficiente para crecer, y tenemos planes. De hecho, queremos construir un invernadero más dentro de dos años”. Su padre mira aún más hacia el futuro: “Tengo 56 años, todavía soy demasiado joven para dejarlo, y estoy lleno de energía. Si todo va bien, podemos seguir haciendo esto durante años y eso me encantaría. Todo lo hemos construido para que la próxima generación pueda seguir teniendo éxito, para seguir haciendo mejoras y expandirse. Eso me aporta mucha energía. Es algo de lo que nunca me canso. Espero poder seguir haciendo esto durante mucho tiempo”.

¿En resumen? Todo lo que se hace en Kwekerij Maarten Bloemen debe pasar su prueba de fuego: “¿Está preparado para el futuro?”.

Algunas cosas nunca cambian

¿Cómo hemos llegado tan lejos? Los talentos ecológicos del padre, combinados con las habilidades tecnológicas del hijo, conducen a un alto nivel de innovación y a una manera contemporánea de hacer negocios. Maarten explica por qué esta combinación funciona tan bien: “En la actualidad, todo se hace digitalmente y eso es algo que a Merijn se le da muy bien. Por lo tanto, él se encarga de casi todas las ventas. Yo soy el hombre del campo, el que tiene mano para cultivar las plantas junto con el personal que trabaja con nosotros. Merijn se encarga de toda la administración, las ventas y el marketing, y eso nos ha dado un gran impulso en los últimos años”. Todo esto también se ha traducido en la ampliación de su mercado. El vivero siempre ha vendido especialmente a los países vecinos (Bélgica, Reino Unido, Irlanda y Alemania), pero recientemente ha enviado incluso pequeños pedidos a Estados Unidos, Canadá, Australia y Corea. Además de atender a clientes de Polonia, Chequia, Hungría, Suiza, España, Portugal e Italia. “Nuestros productos patentados y nuestras novedades atraen a clientes de todo el mundo”, admite Merijn.

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¿En resumen? Todo lo que se hace en Kwekerij Maarten Bloemen debe pasar su prueba de fuego: “¿Está preparado para el futuro?

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A día de hoy, la producción total de Kwekerij Maarten Bloemen supone un 70 % de material patentado

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TIENE QUE SER A prueba

 de futuro

Cómo un padre y su hijo dirigen un vivero innovador, combinando las habilidades de antaño con las tecnologías modernas

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Conozca a Maarten y Merijn, son padre e hijo y dirigen el vivero Kwekerij Maarten Bloemen. Con un apellido así (Bloemen significa flores en neerlandés), propagar una gama de plantas de flor patentadas, es una profesión bien elegida. Pero eso no es lo único especial que tiene este vivero en el que trabajan juntas dos generaciones.

Cuando Maarten Bloemen fundó su propio vivero en 1987, no podía imaginar que, unos 30 años después, dirigiría la empresa junto con su hijo Merijn. “Mi mujer y yo pusimos en marcha nuestro propio vivero con el apoyo de mi padre y mi suegro, y es realmente fantástico dirigirlo hoy con mi hijo”, nos cuenta Maarten. Merijn dice que nunca pensó que acabaría trabajando en la empresa de su padre, y menos aun ayudándole a dirigirla. “Estaba haciendo carrera en el quad cross por mi cuenta y pensaba que mi futuro estaría en ese negocio. Pero, por desgracia, en este deporte es difícil ganar suficiente dinero para llegar a fin de mes. Realmente, para mí, involucrarme en la propagación de plantas patentadas en el vivero de mi padre supuso un giro de 180 grados”.

Vivero de nueva generación

El Kwekerij Maarten Bloemen es un vivero de “nueva generación” en más de un sentido. Dos generaciones están al frente, y están creando una empresa preparada para el futuro. Maarten habla de cómo ha evolucionado el vivero a lo largo de los años: “Desde el primer día, siempre cultivamos las plantas acidófilas que seguimos cultivando actualmente, pieris, azaleas, vaccinium, etc. En aquella época, cultivábamos una gama muy amplia de plantas. Todavía no teníamos clientes, teníamos que encontrarlos. Para ello, cultivábamos productos finales que estaban listos para ser plantados en el jardín de inmediato, ya que esta también era una gran ayuda para los paisajistas”. El planteamiento resultó ser inteligente, ya que los clientes empezaron a llegar. 

Maarten continúa: “A partir del año 2000, unos veinte años después, nos especializamos completamente en materiales de propagación. Se podría decir que es una “semimanufactura” para viveros. Además, actualmente, casi todo lo que cultivamos se hace por encargo. Los clientes nos indican de antemano qué plantas van a necesitar cuando todavía estamos haciendo esquejes. De esta manera, sabemos de antemano qué cultivar y cuánto vamos a vender. A estas alturas, nos hemos convertido en un proveedor permanente de los mejores viveros de Europa”.

Otra cosa que Maarten empezó a hacer a partir del año 2000 es cultivar plantas exclusivas. Productos nuevos y patentados. Maarten: “Otros pensaban que estaba una pequeña locura, pero yo siempre creí que esto saldría bien. Y así fue. En aquel momento era algo nuevo, pero resultó no ser una moda pasajera”. A día de hoy, la producción total de Kwekerij Maarten Bloemen supone un 70 % de material patentado. Merijn explica por qué esto es tan importante para ellos: “¡Nos hace únicos! Tenemos varios productos patentados para los que tenemos derechos exclusivos de propagación para toda Europa. Eso es toda una baza. Y también es una pasión que compartimos”. No hace falta decir que padre e hijo están muy orgullosos de haber desarrollado tres variedades patentadas propias: Vaccinium vitis idaea “Miss Cherry”, Vaccinium vitis idaea “Fireballs” y Pieris japonica “Polar passion”.

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A día de hoy, la producción total de Kwekerij Maarten Bloemen supone un 70 % de material patentado

¿Qué le depara el futuro a Kwekerij Maarten Bloemen? Maarten: “El problema que tenemos ahora mismo es que nos estamos expandiendo, pero queremos asegurarnos de que lo hacemos todo muy bien. Si nos expandiéramos según la demanda del mercado, tendríamos que hacerlo demasiado rápido. Queremos asegurarnos de no expandirnos demasiado rápido”. Merijn está de acuerdo: “La calidad siempre debe ser lo primero”. Pero todavía hay espacio suficiente para crecer, y tenemos planes. De hecho, queremos construir un invernadero más dentro de dos años”. Su padre mira aún más hacia el futuro: “Tengo 56 años, todavía soy demasiado joven para dejarlo, y estoy lleno de energía. Si todo va bien, podemos seguir haciendo esto durante años y eso me encantaría. Todo lo hemos construido para que la próxima generación pueda seguir teniendo éxito, para seguir haciendo mejoras y expandirse. Eso me aporta mucha energía. Es algo de lo que nunca me canso. Espero poder seguir haciendo esto durante mucho tiempo”.

¿En resumen? Todo lo que se hace en Kwekerij Maarten Bloemen debe pasar su prueba de fuego: “¿Está preparado para el futuro?”.

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Bottomline? Everything that’s done at Kwekerij Maarten Bloemen must pass their litmus test: “is it future-proof?”
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Lo viejo y lo nuevo

Aunque el vivero ha cambiado mucho a lo largo de los años, también hay cosas que siguen siendo las mismas desde el primer día. Por ejemplo, cuidar bien del personal. Proporcionarles un buen lugar de trabajo significa crear circunstancias ergonómicas responsables, gestionar la temperatura adecuadamente y cuidar de las personas. Merijn: “Queremos asegurarnos de que nuestro personal disfruta realmente del trabajo. Este puede ser un trabajo bastante repetitivo, pero si tienes que hacerlo con frío y sin música... bueno, nadie disfruta de eso. Por eso intentamos que todo sea lo más agradable posible. Aire acondicionado en verano, calefacción en invierno. Montacargas con cabina calefactada, trabajo a la altura de la mesa”. Su padre añade: “Solíamos llevar botas de agua y chubasqueros. Llevábamos gorros y guantes. Ya no los necesitamos. Llevamos todos los productos al interior y hacemos todo el embalaje y demás en un clima agradable, con música”. A juzgar por la fidelidad de los empleados, este enfoque está dando sus frutos. Maarten: “Todos trabajan aquí desde hace mucho tiempo. Nuestro empleado más veterano, ¡acaba de celebrar su 25º aniversario de trabajo!”.

Algunas cosas nunca cambian

Aunque el vivero ha cambiado mucho a lo largo de los años, también hay cosas que siguen siendo las mismas desde el primer día. Por ejemplo, cuidar bien del personal. Proporcionarles un buen lugar de trabajo significa crear circunstancias ergonómicas responsables, gestionar la temperatura adecuadamente y cuidar de las personas. Merijn: “Queremos asegurarnos de que nuestro personal disfruta realmente del trabajo. Este puede ser un trabajo bastante repetitivo, pero si tienes que hacerlo con frío y sin música... bueno, nadie disfruta de eso. Por eso intentamos que todo sea lo más agradable posible. Aire acondicionado en verano, calefacción en invierno. Montacargas con cabina calefactada, trabajo a la altura de la mesa”. Su padre añade: “Solíamos llevar botas de agua y chubasqueros. Llevábamos gorros y guantes. Ya no los necesitamos. Llevamos todos los productos al interior y hacemos todo el embalaje y demás en un clima agradable, con música”. A juzgar por la fidelidad de los empleados, este enfoque está dando sus frutos. Maarten: “Todos trabajan aquí desde hace mucho tiempo. Nuestro empleado más veterano, ¡acaba de celebrar su 25º aniversario de trabajo!”.

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